APRENDER EN EL PERÚ DESPUÉS DE LA PANDEMIA (Daniel)

Daniel Sangama Panduro
Nací en Belén en mi casa el 18/06/1988. Desde pequeño trabaje en el mercado y haciendo transporte en canoa (Llevo llevo) . Estudié Ciencias de la Comunicación. Trabajo en el Ministerio de Educación, colaboro con el movimiento de NNATs del Perú y soy papá de una niña de 05 años.

Aprender en el Perú es sinónimo de ir a la escuela,  a pesar que la pandemia ha demostrado que el aprendizaje es universal y podemos desarrollarlo desde diversos espacios. En el mundo existen experiencias de educación que es desarrollada desde la casa o la comunidad, pero se conoce muy poco esta modalidad de educación en el Perú; ya que se  prefirió desarrollar una estrategia que tenga cobertura desde la  radio, TV e Internet.

Según cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del INEI, el porcentaje de estudiantes que continuaron llevando clases en el 2020 a través de cualquier modalidad se redujo cinco puntos porcentuales respecto a los niveles de asistencia del 2019, al pasar de 92% a 87%. Esto significa que más de 400 mil alumnos dejaron de plano de llevar clases durante el año de la pandemia. El mayor descenso ocurrió en el nivel de educación inicial, en el que la proporción de niños que recibieron clases cayó de 93% a 81%. Y es que las cidras demuestran números que son fáciles de revertir para un Estado como el Perú que le interesa muy poco las minorías.

Los estudiantes en el Perú volvieron a la prespecialidad de manera progresiva durante el 2021, se iniciaron con los estudiantes de 5to de secundaria a finales de año y el 2022 con los otros niveles de educación, pero ¿qué sucedió con este regreso a las escuelas? Algunos estudiantes se sintieron contentos rodeados de sus familias y creciendo juntos desde la relación que tenían día a día, mientras que otros estudiantes presentaron cambios conductuales drásticos, comenzaron a desarrollar ansiedad, manifestaban tristeza, dificultad para tomar decisiones, ganas de pelear con sus compañeros o huir de su entorno, sensaciones de vacíos y amenazas. Todo ello impacto directamente en el aspecto emocional.

El compromiso del Estado por recuperar los aprendizajes perdidos durante la pandemia se puso en marcha, pero la pregunta es, ¿cómo recuperar los aprendizajes? si muchos estudiantes perdieron a sus seres queridos, si muchos estudiantes aún se encuentran luchando contra las brechas de acceso a educación y salud, si muchos estudiantes no comprenden lo que leen o la escuela no tiene un plan para acogerlos y sostenerlos de manera adecuada para afrontar el proceso de recuperación de los aprendizajes.

Estamos a finalizar el año escolar 2023 y aun no se ha resuelto los problemas que dejo el ciclón Yaku en el Peru, y para colmo estamos a puertas de afrontar otro fenómeno natural que amenaza con cerrar escuelas, destruir cultivos y agudizar más la situación económica y social del pais.

Los aprendizajes de los estudiantes no son prioridad para este gobierno, que persigue a los que exigen derechos y se actué con prontitud frente a los diversos problemas que se presentan como barrera para recuperar los aprendizajes de los estudiantes del nivel inicial, primaria y secundaria del Perú.

Como dice el dicho, que dios nos agarre confesados y que la organización comunitaria no decaiga en seguir sumando esfuerzos para que los estudiantes continúen con sus estudios, que la contención emocional sea permanente desde los diversos espacios, que el cierre las escuelas no sean la solución para prevenir los fenómenos naturales y que el Estado busque soluciones prácticas, sostenibles libres de corrupción y persecución por exigir derechos como ciudadanos y ciudadanas.

Atentamente

Oculto por siempre

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